Construir una "Persona" es darle un rostro a las necesidades, dificultades y expectativas a las que apuntan los productos y servicios de su empresa. Vea como hacerlo.

La calidad y profundidad de las acciones y estrategias de una empresa con respecto a sus públicos está directamente relacionada con el conocimiento que esta empresa tiene del mercado en el que trabaja.

Con base en la segmentación del mercado, la definición del público objetivo es el cruce de varios segmentos de mercado de productos y servicios que son usados por un consumidor en particular. Si el público objetivo es un grupo de consumidores que comparten las mismas motivaciones y comportamientos, la persona es el cliente ideal para su producto o servicio.

Llegar al consumidor ideal, o cliente típico, requiere un análisis más profundo del universo de consumidores , pero es de suma importancia ya que permite identificar a varios individuos dentro de un público objetivo con sus diferentes actitudes o comportamientos similares en las distintas etapas del proceso de compra.

Veamos un ejemplo de cómo se puede construir una persona:

Ejemplo de público objetivo: Hombres de entre 20 y 30 años, residentes en Madrid, que dedican su tiempo libre a los deportes de motor;
Ejemplo de tipo de cliente o persona: Jose, casado, fotógrafo. De perfil analítico y cuantitativo, es un apasionado de las innovaciones tecnológicas, la investigación de novedades y las compras a nivel internacional. Con un horario apretado, siempre intenta aprovechar al máximo su tiempo. Le gustaría ser visto como referencia profesional en su entorno y además incrementar sus ingresos.

La persona presenta una serie de ventajas en la medida exacta que da cara a las dudas y necesidades de personas reales, facilitando la idealización e implementación de soluciones más adaptadas a una situación concreta. La definición de clientes estándar genera resultados directos y en la búsqueda de objetivos y superación de obstáculos.